Por Claudia Amigo de Familia es Familia

Soy madre lesbiana, y junto a mi compañera de vida compartimos la crianza de nuestra hija, pero desde una realidad que se ignora y se desconoce, la negación de los derechos de filiación de nuestra hija y de su mamá de crianza a que su vínculo materno-filial sea reconocido. Por lo mismo, el día de las madres tiene otro significado desde la maternidad lésbica. No es necesariamente una fecha para celebrar, sino que para tomar conciencia y para visibilizar la violencia del Estado que ejerce a través de la negación de derechos a la que se nos somete sistemáticamente a nosotras y nuestras hijas e hijos, y de la indolencia con la que cada gobierno se niega a avanzar hacia la plena equidad de todos los derechos asociados al de las familias.

¿Qué son los derechos de filiación?

Hay tres tipos: la filiación por naturaleza, por técnicas de reproducción humana asistida y la por adopción en conjunto o por integración. Todas estas reguladas únicamente para las parejas de distinto género. Es por esto que cuando abordamos los derechos de filiación, estamos hablando mucho más allá que lo que la prensa heterosexista quiere vender, como la adopción homoparental. Contar con un nuevo estatuto equitativo de los derechos de filiación, regularía estas realidades, sin excluir a ningún hijo, hija o hije. Por lo mismo, si bien es importante que se reforme la ley de adopción en la Cámara de Diputadas y Diputados, es esencial que se regulen todos los derechos de filiación.

La justicia no es ciega

En 2015 como familia tomamos la determinación de luchar para que nuestra hija fuera reconocida legalmente por su otra mamá. Esto lo hicimos con la representación de la Clínica Jurídica de Asuntos de Interés Público de la Universidad Diego Portales, presentamos una petición que se llama Posesión Notoria del Estado Civil de Hijo, al Juzgado de Familias que le dio inadmisibilidad sin siquiera escucharnos. Luego apelamos ante la Corte de Apelaciones y tampoco estimaron que fuera admisible, llegamos a la Corte Suprema, donde perdimos 3 contra 2, porque los Ministros de la Corte estimaron que el derecho a reconocimiento de hijas e hijos por dos madres, se debe ver en el parlamento.

No nos cabe duda de que la negación del poder judicial está ligada a la lesbofobia que existe dentro de este poder machista, ya que esta misma petición se realizó en 2011, por una familia Mapuche, en donde también hay dos mamás, con tres hijos y el tribunal de familia de la Región de Los Lagos decidió respetar la identidad familiar de esa familia, ya que se convocó al Convenio169 de los Pueblos Originarios y Tribales, por lo mismo en Chile, ya existe la doble maternidad. A pesar de contar con dicho precedente, la Corte de Apelaciones de Santiago, lo desestimó, sostuvo la inadmisibilidad y nos cerró las puertas, como también lo hizo la Corte Suprema. Al final, después de agotar todas las instancias locales, acudimos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para lograr ser al menos escuchadas en nuestro país. En nuestro caso también se invocaron tratados internacionales a los que está suscrito Chile como Estado firmante, del Convenio de los Derechos de NNA, el Derechos de las Mujeres, la Declaración Universal de los Derechos Humanos pero nada hizo que la Corte Suprema tomara la decisión de escuchar a nuestra hija y a nosotras, en lugar de trabajar en función de los principios del interés superior de niño/a a la no discriminación a la identidad, a ser escuchado, optó por pasar la pelota a otro de los poderes fácticos más lentos y carente de voluntad, al poder legislativo.

Lucha Parlamentaria

La lucha por los derechos de filiación es compartida, no tan sólo somos las madres lesbianas quienes trabajamos para que se cambien las reglas del juego patriarcal, sino que feministas y lesbofeministas de Corporación Humanas, la Agrupación Lésbica Rompiendo el Silencio, Visibles y nosotras desde Familia es Familia hemos estado incidiendo políticamente desde años, para finalmente ver ciertos avances en lo que es la historia del Proyecto de Ley Que Regula la Filiación de Hijas e Hijos de madres y padres del mismo género, Boletín N°10626-07.En abril del año 2016, logramos luego de un trabajo perseverante de incidencia política, apoyo senatorial de la senadora Isabel Allende, La senadora Adriana Muñoz, El senador Felipe Harboe, el senador RicardoLagos Weber, el senador Alfonso De Urresti y el senador Juan Pablo Letelier, para ingresar nuestro proyecto de ley a la oficina de partes y el 22 de abril ingresó oficialmente al Senado, para luego ser asignado en la Comisión de Infancia. El proceso ha sido largo y difícil de entablar en la comisión, a pesar de haber contado con una mayoría de senadores a favor, gracias a este sistema más presidencialista dependíamos del apoyo del Ejecutivo, es decir la ex presidenta Michelle Bachelet, que lamentablemente no le asignó ningún grado de urgencia. Por lo mismo, tuvimos que presionar desde la sociedad civil, casi semanalmente al presidente de la comisión el senador Patricio Walker. Después de un año, el 9 de mayo del año 2017 logramos que se pusiera en tabla y todas las organizaciones lesbofeministas y feministas antes mencionada presentamos el Proyecto de Ley de Derechos Filiativos ante las y los Senadoras y Senadores.

Reactivar la tramitación del Proyecto de Ley Derechos Filiativos

Ahora con Chile Vamos como gobierno y con un presidente que patologiza a viva voz a la niñez trans y que sólo defiende a la familia heteroparental, vemos como se nos avecinan tiempos donde será aún más difícil avanzar con la tramitación del proyecto, pero no por eso pensamos bajar los brazos. Por lo mismo, retomamos la incidencia política, nos contactamos con la Senadora Allende y estamos trabajando para que se reactive la discusión, para que se vuelva a poner en tabla y finalmente llegue a la Cámara de Diputados y se haga ley. Este nuevo estatuto equitativo por los derechos de filiación, es una vía que busca proteger la relación entre hijas e hijos y sus madres o padres del mismo género. No pretende condicionar la filiación a la relación de pareja, sino que en el derecho inherente de las hijas e hijos a contar con los mismos derechos que tienen hijas e hijos de familias heteroparentales.

Esto lo trabajamos desde la independencia del matrimonio, ya que debe regular el derecho a una relación directa y regular en el caso de separación de sus madres, a alimentación y herencia. En caso del fallecimiento de la madre gestora, debe primar el interés superior de las niñas, niños o niñes a permanecer con su madre de crianza y no puede depender de la decisión de un juez/a de otorgarle o no el cuidado personal a la madre o a los familiares consanguíneos, sino que cada hija e hijo debe al momento de nacer tener el derecho de ser reconocida/o por ambas madres, para evitar tener que judicializar su futuro y poner en riesgo su estabilidad, el derecho a pertenecer a la familia que tiene y no al único concepto que menos incomoda a Chile Vamos o las y los parlamentarios opositores de los derechos de hijas e hijos de familias lesbomaternales.

Son estas en parte las razones del por qué por principio y respeto al avance logrado en 1998 con la reforma a la ley de filiación que no estamos de acuerdo con que la filiación se vea parcialmente condicionada a la institución del matrimonio, sería un retroceso en materia de filiación de dos décadas, ya que a pesar de la desvinculación de la filiación del matrimonio en 1998, que logró erradicar la discriminación entre hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio, de parejas de distinto género, nuevamente buscan volver a condicionar los derechos de los hijos de familias con madres lesbianas a tener que contraer matrimonio para poder ser reconocidos como hijos de sus dos mamás.

Es decir, obligar a las mujeres lesbianas a casarse para poder reconocer a sus propios hijos, creando una distinción entre hijos de familias lesbomaternales matrimoniales e hijos de familias lesbomaternales no matrimoniales, con esta formula, retrocedemos 20 años atrás a la historia vergonzosa de los hijos groseramente tratados como huachos en este país patriarcal.

Para que decir qué pasará con los hijos e hijas en los casos donde las madres lesbianas se han separado, habrán hijas e hijos que jamás tendrán derecho a ser reconocidos por su mamá de crianza y más violento aún, si la madre gestora de las niñas o niños haya ya fallecido, esas hijas e hijos tampoco podrán ser reconocidos por su otra mamá.

La lucha por la desvinculación y la independencia de los derechos de filiación del matrimonio fue una batalla difícil, que tardó mucho en finalmente promulgarse. Una vez que sí se hizo ley, se reparó de una manera significante todo el perjuicio causado a los hijos e hijas de familias heteroparentales, esto se logró a pesar de existir una fuerte oposición por aquellas personas que no deseaban que las niñas, niños y adolescentes pudiesen tener los mismos derechos. Finalmente, el Estado se vio obligado a respetar los derechos de filiación de hijas e hijos de personas heterosexuales, sin importar si provenían de parejas matrimoniales o no. Me resulta inconcebible como se decide ignorar esta parte de la historia tan relevante al derecho de familia y pactar negociaciones que son deliberadamente discriminatorias.

Al fin y al cabo, el Día de las Madres es bien ingrato e indolente con las madres lesbianas, bisexuales y trans, peor aún para las que no pueden si quiera reconocer y proteger a sus propias hijas, hijes e hijos. Entonces antes de desearnos un Felíz Día a las Madres mejor súmense a nuestra lucha y hágala también suya, por los ¡derechos filiativos ahora!