Por Angelina Marin Rojas, activista lesbiana feminista. Socióloga, U. de Chile. Mtr. en Estudios de Género y de las Mujeres, U. de Granada, U. de Bolonia

Para abordar el maltrato y violencia en las relaciones de pareja lesbiana es ante todo necesario desmontar, desde una mirada lesbofeminista, una serie de presupuestos y estereotipos en torno al lesbianismo, fundamentados en una interpretación del mundo enmarcada en el pensamiento heterosexual (Wittig, 1980/1981)y que, o sugieren la imposibilidad de relaciones de poder entre dos mujeres dadas las características de su género o bien, que las relaciones de poder, en caso de existir, se producen por la adhesión a roles heterosexuales por parte de cada una de las integrantes de la pareja; de modo que una lesbiana masculinizada será activa y violenta per se, como pasiva y no violenta será una lesbiana feminizada, lo cual niega cualquier posibilidad de existencia lésbica fuera de los roles heteronormados. Estos dos presupuestos han contribuido a la negación e invisibilización de la existencia de relaciones de maltrato en las relaciones lésbicas.

La violencia y maltrato al interno de una pareja lesbiana da cuenta de un sistema particular donde el continuo de violencia contra las mujeres queda en evidencia, mediante la articulación de la discriminación, lesbofobia, misoginia, invisibilización y otras formas de poder y privilegio que construyen la opresión y la subordinación. No se trata sólo de un contexto o una historia de violencia, sino de una estructura basada en la desigualdad y en la sanción a cualquier intento de subversión, mediante mecanismos de culpabilización, marginación y exclusión, de los cuales el maltrato y la violencia forman parte. Esta estructura se sostiene a partir de constructos ideológicos que dan origen a modelos de afectividad, sexualidad, familia y comunidad, fundamentados en la heterosexualidad como régimen.

La misoginia, la discriminación y la lesbofobia son formas de violencia social que no sólo se experimentan individualmente, sino que afectan y tensionan la construcción de relaciones afectivas, inclusive las de amistad. En el caso de las relaciones de pareja lésbica la violencia estructural les hace más proclives al aislamiento social, al encierro de a dos (Falquet, 2006) y a la dependencia, en tanto que la pareja tiende a constituirse en la única red de apoyo (Marín Rojas, 2009). Del mismo modo, los modelos de afectividad de carácter romántico promueven idearios en torno a la pareja en los que, sin aparente contradicción, confluyen tanto la salvación, la contención y el refugio frente a la hostilidad lesbofóbica, como los celos y la propiedad sobre la otra persona (Marín Rojas, 2009).

Los modelos de afectividad son heteronormados y regulados en sus posibilidades de ejercicio. En el caso de las relaciones afectivas en las cuales la sexualidad esté involucrada, ésta sólo es aceptada en el caso de que se ajuste a lo promovido como bueno y sano: heterosexual, en pareja, intramatrimonial, con fines reproductivos, intrageneracional, etc. (Rubin, 1989). Quienes cumplen con todos o la mayoría de los requerimientos y prácticas sexuales heteronormativas gozan de ciertos privilegios, siendo el más importante de todos, la legitimidad social de sus prácticas.

Asumirse  y de salir del closet son procesos fundamentales en la existencia lesbiana, pues implican la puesta en tensión de la heteronorma y el enfrentamiento material y simbólico de las sanciones asociadas a su transgresión. Asumirse y salir del closet no son procesos con principio y fin, sino que se retorna permanentemente a ellos, en tanto que las experiencias personales y los espacios social-simbólicos se modifican. Al ser procesos continuos y en constante revisión, son relevantes en la construcción de relaciones amorosas lésbicas, pues en ellas es necesario acordar la gestión de los procesos individuales en relación con los espacios sociales significativos, sean estos familiares, de amistad, formación, trabajo u otros, donde la norma heterosexual se manifiesta explícitamente y sanciona. El enfrentamiento permanente a la heteronormatividad atraviesa todos los espacios de la vida, como un imperativo particularmente coercitivo sobre las mujeres y por tanto sobre las lesbianas, debido a que su autonomía y autodeterminación es más ampliamente negada y su vida, pública y privada, su afectividad, cuerpo y sexualidad son objeto de mayor control. En este marco, salir del closet implica una serie de riesgos para las lesbianas: el rechazo del entorno social significativo, la violencia, la marginación, la ridiculización y la discriminación, son algunos de ellos.

El maltrato y la violencia en las relaciones de pareja lesbiana, dada su negación e invisibilización, constituyen un segundo closet para las lesbianas. Salir de este segundo closet es tanto o más difícil que del anterior, pues implica, primero, una ruptura con las expectativas de refugio, salvación y paz, creadas en torno a la pareja y que se sustentan en los ideales del amor romántico y el modelo amatorio hegemónico de tipo parejil-familista; segundo, implica asumir los problemas con la pareja y entrar en tensión con una compartida comunidad lésbica constituida como espacio de acogida, aceptación y seguridad que tiende (por los motivos ya expuestos) a negar, naturalizar, silenciar o invisibilizar la existencia de maltrato y violencia; tercero, pone en riesgo la seguridad del secreto de una lesbiandad no reconocida en los espacios de interrelación social y; por último, el mayor riesgo: la incredulidad, fundamentada en los estereotipos y roles de género que asignan a lo femenino la suavidad y la pasividad.

El imperativo heterosexual, el modelo amatorio hegemónico y su pulsión hacia el establecimiento de la pareja única y para toda la vida, forman parte de la estructura dentro de la cual se conforman las relaciones amorosas lésbicas y que, con el fin de obtener parte de la esquiva aceptación, reconocimiento y legitimidad social, adscriben a valores heteronormados, heterosexualizados, binarios y jerarquizados. Cabe preguntarse: si el modelo es heteronormado y heterosexual, si está basado en las jerarquías y el dominio, si es un modelo que se sostiene en el miedo, el maltrato y la violencia ¿cómo y por qué las lesbianas suscribimos a él?, ¿es acaso una suscripción instrumental basada en la búsqueda de legitimidad y garantías de derechos?, ¿o es más bien que este modelo penetra particularmente en las lesbianas en tanto que socializadas como mujeres y viene luego adaptado a la propia realidad?


  • Eiven, Laura (2006) “Por los pliegues de la violencia doméstica entre lesbianas. Abriendo el camino para salir del segundo closet”. Ponencia presentada en el 1er Encuentro nacional de la diversidad sexual de las mujeres. 13, 14 y 15 de Octubre, Bogotá, 2006. Disponible online en: http://www.desalambrandobsas.org.ar/pdf/textos/Eiven_laura.pdf
  • Falquet, Jules (2006) “La pareja este doloroso problema: Hacia un análisis materialista de los arreglos amorosos entre lesbianas.” En Falquet, J.: De la cama a la calle: perspectivas teóricas lésbico-feministas. Bogotá: Brecha Lésbica –Ed. Antropos.
  • Marín Rojas, Angelina (2009) “Violencia al interior de las relaciones de relaciones de pareja lesbiana: El segundo closet”. Tesis de Sociología, Santiago de Chile. Universidad de Chile.
  • (2013) “El amor y las furias: Amor romántico en el cine lésbico y su relación con el maltrato y violencia en relaciones de pareja lesbiana”. Tesina de Máster en Estudios de las Mujeres y de Género, Universidad de Granada, España; Università di Bologna, Italia.
  • Pisano, Margarita (2004a) El triunfo de la masculinidad.Santiago de Chile: Ed. Surada
  • (2004b) Julia, quiero que seas feliz. Santiago de Chile: Ed. Surada.
  • Rich, Adrianne (1980): “Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana”. Trad. Maria-Milagros Rivera Garretas. De Adrienne Rich, Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence, enEad., Blood, Bread, and Poetry. SelectedProse 1979- 1985. Nueva York y Londres: Norton, 1986,23-75. ”.Ed. original en Revista Signs1980.
  • Tron, Fabiana (2004) “Violencia en relaciones íntimas entre lesbianas: Una realidad invisible”. Ponencia presentada en el Encuentro Entre Nosotras, Rosario, Argentina. 2004. Disponible en: http://www.desalambrandobsas.org.ar/pdf/textos/tron_fabiana.pdf
  • Wittig, Monique (1980) “El pensamiento heterosexual”. Artículo en Wittig, M. (1992) El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Trad. Javier Sáez y Paco Vidarte. Barcelona:Egales, pp.45-57.