En el capítulo 70 de Mujeres en Sintonía conversamos sobre habitar la ciudad y la lucha por una vivienda digna. En el primer bloque nos acompañó Jimena Hevia, integrante de la colectiva Callejeras, con quien reflexionamos sobre pensar y construir la ciudad desde una perspectiva feminista.
La colectiva Callejeras, integrada por mujeres de diversas áreas de interés y trabajo, se constituyó en 2017 con el objetivo de trabajar por una ciudad feminista, identificando y problematizando las diversas manifestaciones de violencia contra mujeres en la ciudad. En el marco del denominado “mayo feminista”, desde Callejeras se plantearon la tarea de aportar a la comprensión de la violencia, dando cuenta que el acoso no es la única manifestación en el espacio público.
En conversación con Mujeres en Sintonía, el programa radial de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Jimena Hevia, integrante de la colectiva, explicó que en el marco de las movilizaciones feministas en universidades comenzaron a trabajar con las estudiantes mediante metodologías participativas, estrategia que han replicado en diversos territorios.
El objetivo era “espacializar y ver en el territorio dónde están esas violencias en nuestro cotidiano, en nuestros desplazamientos, en nuestras acciones, dónde nosotras nos sentíamos violentadas o sabíamos que no podíamos ir a ciertos lugares. Nos empezamos a hacer preguntas como: ¿dónde estaba?, y ahí quisimos territorializar un poco esta discusión e hicimos estos talleres de mapeo de violencias que hoy en día les decimos mapeos de resistencia”, explicó Jimena.
Las cartografías de resistencia han sido una herrramienta efectiva para trabajar junto a distintas comunidades en barrios, colegios, organizaciones vecinales mujeres independientes, etc. Al respecto, Jimena relató cómo el ejercicio de mapeo colectivo “ha permitido ser una herramienta de diálogo con otras mujeres”, identificando áreas o espacios donde nos sentimos más inseguras o experimentamos violencia.
Una ciudad feminista
Jime Hevia explicó que para Callejeras el derecho a la ciudad es algo tan simple y fundamental como “ser parte de ella, poder decidir sobre ese proyecto político que es la ciudad, sobre cómo queremos vivir según nuestros propios intereses, cotidianidades y para qué queremos esa ciudad”.
En ese sentido, para la activista una “ciudad feminista” es aquella que “coloca el foco en los cuidados, en las emociones, en el placer, en todo aquello que hoy está excluido y prohibido. Es una ciudad que, en definitiva, pone el foco realmente en las personas que la habitamos”. En esa línea, Jimena señaló que en sus orígenes las ciudades fueron pensadas para hombres y mujeres de forma separada, “porque hacíamos cosas diferentes: las mujeres relegadas al espacio de lo íntimo sin ninguna relación con la calle. Hoy eso ha cambiado”.
“Hoy nos encontramos con que las mujeres empezamos a salir a la calle, empezamos a ocupar el espacio público y no estaba pensado para que eso ocurriera, no estaba pensado para que los desplazamientos permitieran esa diversidad de acciones a la que nosotras realmente hacemos. Entonces lo quereclamamos y cuestionamos es que exista más coherencia, que las ciudades realmente consideren ese tipo de desplazamiento, ese tipo de acción y ese tipo de forma de ser mujer también en el espacio público”.
Consultada respecto a la violencia contra mujeres en las calles y la inseguridad que genera para muchas el uso del espacio público, Jimena aseguró que “no es posible que la calle esté hoy día prohibida para las mujeres porque es insegura. No podemos tener esa condición”.
Al contrario, afirma que “una ciudad segura debe ser construida por nosotras y de forma generalizada no hemos sido parte de ese proceso, es más bien una ciudad impuesta, que nos invisibiliza, no nos conoce y no sabe que existimos, cómo nos movemos. Una ciudad que pretende ser para todas, todos y todes es una ciudad que nos invita a ser parte del diseño”.