
La Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres desde 1990 ha asumido las luchas generales contra las desigualdades, la explotación, la depredación de la naturaleza, y en específico contra la violencia hacia las mujeres y niñas. Es indispensable continuar promoviendo cambios en la cultura que rompan la dicotomía entre lo público y lo privado, reconozcan nuestra diversidad y fomenten una vida sin violencia.
Llamamos a la sociedad a romper la indiferencia y el individualismo, a desnaturalizar la violencia, fomentando relaciones de respeto, colaboración, reciprocidad y confianza.
Rechazamos la violencia institucional ejercida por entidades estatales y privadas, que se expresa contra mujeres, niñas, pueblos originarios, migrantes, entre otras.
Exigimos esclarecer el asesinato de la activista mapuche anti-extractivista Macarena Valdés, el crimen de odio anti-lésbico cometido contra Nicole Saavedra Bahamondes, la detención y atención de salud discriminatorias que culminaron con la muerte de la haitiana Joane Florvil.
Repudiamos la violencia y tortura vivida por Lorenza Cayuhan -obligada a parir engrillada- a quién se mantiene detenida junto a su hija Sayen; la desatada crisis del SENAME, que ha revelado la muerte y abuso sexual de cientos de niñas y niños; la muerte de la niña Daniela Vargas, a quien le fue negado, por ser pobre, un trasplante de corazón en el Hospital de la Universidad Católica.
Exigimos la inhabilidad de agresores de mujeres en cargos públicos; rechazamos los tecnicismos jurídicos, las mentiras y descalificaciones a las mujeres denunciantes, con el propósito de bajar el perfil a los hechos de violencia, como ha ocurrido en los casos de Mario Gierke, Alcalde de Cabrero y Martín Chuaqui, ex decano y académico de la Universidad Católica.
Relevamos los avances del feminismo como expresión política que ha logrado influir y poner en cuestión las estructuras de dominación patriarcal. Sin embargo, recalcamos que la erradicación de la violencia hacia las mujeres requiere de mayores compromisos sociales e institucionales, individuales y colectivos, que impliquen no tolerar ni ejercer violencia en ninguna de sus manifestaciones; respetar la diversidad, propiciar la solidaridad en vez de la competencia, fomentar la cooperación en vez del mercantilismo.
Todas, todos y todes somos responsables de construir una sociedad más humana
Red Chilena contra la violencia hacia las mujeres – noviembre 2017