A 50 años del golpe de Estado que terminó con el gobierno de la Unidad Popular, e inauguró una era de violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos, que como sociedad tenemos el deber de no olvidar, la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres declara lo siguiente: 

La derecha pinochetista no ha cesado en su intento por instalar la falsa separación entre las violaciones a los derechos humanos y el derrocamiento del gobierno de la Unidad Popular liderado por el presidente Salvador Allende. Es un engaño a la opinión pública que pretendan separar la ruptura del sistema democrático en el derrocamiento de Allende, con los atropellos sufridos por mujeres y hombres a partir del 11 de septiembre de 1973.

No hubiese sido posible la instalación de la Junta Militar sin el bombardeo a La Moneda, los asesinatos, las detenciones ilegales, allanamientos, desapariciones forzadas, torturas y demás crímenes de lesa humanidad, perpetrados mediante la fuerza monopólica del Estado frente a una población desarmada. 

Tampoco habría sido posible 17 años de dictadura sin una población que vivió décadas de terror, hambre, sobreendeudamiento, instalación del narcotráfico, destrucción cultural y, en definitiva, el engaño neoliberal que pretende que el pueblo sufra la desigualdad bajo el mito de la meritocracia. 

Muchos han sido los intentos por justificar la violencia contra el pueblo chileno. Los negacionistas de hoy son los cómplices de ayer. Nos rebelamos frente a las múltiples manifestaciones del negacionismo, nos rebelamos frente a las políticas del olvido, tejiendo memoria y rebeldía feminista como venimos haciéndolo durante todas estas décadas. La memoria nos conecta con los sentidos simbólicos, sociales y políticos para que las proclamas por el “nunca más” se materialicen en bases sólidas que sostengan nuestros actos. 

Durante estos cincuenta años, los familiares de detenidas y detenidos desaparecidos, las organizaciones de derechos humanos, organizaciones sociales, retornadas y retornados del exilio, han luchado incansablemente por concretar el anhelo de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. Que las Fuerzas Armadas y de Orden con sus cómplices civiles digan dónde están. Que rompan los pactos de silencio. 

En la amplificación del contenido negacionista han colaborado numerosos medios de comunicación. Aparecen figuras de la ultraderecha tergiversando los hechos o mintiendo -malentendiendo así la libertad de expresión- en televisión, radios y medios escritos, sin ningún tipo de contrapregunta por parte de los periodistas. En este sentido, es deber de los medios hacer prevaler el enfoque de derechos humanos en la comunicación. 

La campaña “¡Cuidado! El machismo mata”, desde el año 2007 denuncia las diversas manifestaciones de violencia hacia las mujeres. Si hoy existe un consenso en que los crímenes violentos contra mujeres son un flagelo al que toda la sociedad debe volcarse a erradicar, es porque las mujeres hemos identificado, nombrado y denunciado sus distintas expresiones en las calles, en los medios de comunicación, en los lugares de trabajo y estudio, y en todos los espacios que habitamos.

Los crímenes violentos contra las mujeres son crímenes de poder, como también lo fueron el golpe de Estado de 1973 y la consiguiente dictadura cívico militar. 

Memoria y acción política son pilares fundamentales para la democracia y la construcción de una sociedad basada en el respeto irrestricto a los Derechos Humanos. Este año, la consigna central de la campaña es “Las mujeres no olvidamos ni perdonamos ningún golpe”. 

La violencia hacia las mujeres debe constituir una ocupación primordial para las democracias, pues con frecuencia se olvida que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Esto es especialmente urgente en nuestro contexto, pues vemos que las manifestaciones de la violencia extrema hacia las mujeres no cesan, se diversifican y complejizan, y que aunque ocupemos espacios que antes fueron masculinizados, seguimos viviendo violencia por ser mujeres.

Fue tan solo hace cuatro años, en octubre de 2019, cuando volvimos a constatar que no se han erradicado prácticas de tortura en las policías, con especial ensañamiento en los cuerpos de las mujeres y disidentes. 

En el décimo séptimo lanzamiento de la campaña “¡Cuidado! El machismo mata”, y a 50 años del golpe de Estado, seguiremos en las calles manifestando: “¡Las mujeres no olvidamos ni perdonamos ningún golpe!”.