El pasado 12 de marzo en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Guacolda Saavedra, feminista y ex integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, fue invitada a la Biblioteca Municipal Fatema Mernissi de Cerro Navia para recibir un reconocimiento por parte de la Embajada del Reino de Marruecos

La embajadora Kenza El Ghali fue la encargada de entregarle este homenaje a Guacolda, por sus más de 35 años de dedicación en la lucha por los derechos de las mujeres. La ceremonia reconoció también el trabajo de otras mujeres de distintas regiones y lugares, compartiendo una breve reseña de sus logros y biografías, incluyendo a Guacolda. 

“Fue muy especial, muy emotivo, porque ahí se dieron cuenta cuántos años llevo de trayectoria y el porqué del trabajo que hago en terreno con las mujeres”, cuenta rememorando la emoción que sintió mientras daban a conocer parte de su trabajo.

Guacolda ha mantenido un compromiso constante con el movimiento feminista. Trabajó durante ocho años en el Centro de la Mujer de Curepto y desde julio de 2022 lidera la Oficina de la Mujer de la municipalidad, donde brinda apoyo a mujeres rurales que han sufrido violencia.

También formó parte de la Coordinación Nacional de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres hasta el año 2015. Ella recuerda cómo la organización nació en la Casa de la Mujer de Valparaíso a principios de los años 90. “Se llamaba Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual en ese momento. Fui una de las invitadas a participar en la apertura de la nueva articuladora de mujeres, que tenía como fin luchar por la erradicación de ese tipo de violencia”.

Al respecto rememora cómo fueron incorporándose muchas colectivas a la organización, para finalmente tomar fuerza en todo el país, desde Arica a Punta Arenas. “Postulamos esta corporación, con estatuto, con todo un directorio, y ahí estuve diez años junto a mis compañeras”. 

Enfrentando la violencia en Curepto: un apoyo a mujeres de zonas rurales

Actualmente Guacolda coordina una serie de talleres dirigidos a mujeres en la Oficina de la Mujer de la Municipalidad de Curepto. Estos brindan un espacio para compartir sus experiencias. Desde el principio, son las propias mujeres quienes establecen las normas del grupo, promoviendo un ambiente de respeto mutuo durante el desarrollo de las sesiones.

“Las mujeres que llegan vienen con hartos sentimientos encontrados. Son tantos años que algunas viven violencia, que la han normalizado y naturalizado. Entonces ahí van descubriendo que no es normal el comportamiento de sus agresores. Ellas van descubriendo lo que les ha pasado por mucho tiempo. Les muestro la rueda del poder y el control, donde van reconociendo de a poco qué clase de violencia están viviendo.”, cuenta Guacolda.

También revela que en el camino de aprendizaje, las mujeres experimentan un cambio fundamental en su forma de ser y actuar. “Yo veo cómo llegan las mujeres acá y después del proceso de la toma de conocimiento, ellas tienen un cambio importante, aprenden a poner límites, aprenden a decir que no.”. 

En la municipalidad de Curepto también organiza seminarios en fechas conmemorativas, invitando a expositoras para abordar diferentes temáticas respecto a la violencia contra las mujeres desde sus experiencias.

Como complemento a este trabajo, Guacolda tiene un espacio en la Radio Rosario de Curepto cada miércoles desde 2016, donde aborda diversos temas sin censura, fomentando así el diálogo y la conciencia comunitaria respecto al movimiento feminista. 

Resistencia en Tiempos de Dictadura

Durante la dictadura cívico-militar, Guacolda decidió unirse a la Casa de la Mujer Yela en Talca, fundada en 1986. Esta organización fue una de las primeras en la región en luchar contra la violencia doméstica y sexual.

Guacolda rememora con nostalgia cómo cada 25 de noviembre, junto a otras colectivas feministas de la zona, organizaban acciones de protesta. Se reunían en el centro y se quitaban sus chalecos para mostrar unas poleras blancas con un mensaje claro: “No más violencia contra las mujeres”.

A pesar de las órdenes de Carabineros de subirse a las veredas, Guacolda y sus compañeras permanecían firmes en la calle, con sus lienzos extendidos para llevar los mensajes de protesta a cada rincón. Estas acciones no eran sólo manifestaciones de denuncia contra la violencia hacia las mujeres, sino también una forma de hacer frente al régimen militar. “Pasamos un tiempo bastante fuerte, duro en todo sentido, porque estábamos en tiempo de dictadura”, relata Guacolda.

En ese sentido, es imposible no mencionar la importante lucha que dieron muchas compañeras que luego integraron la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres. “Formé parte de una articulación histórica, donde habían muchas mujeres que enfrentaron la dictadura. Quiero hacer un reconocimiento a mis compañeras: Sandra, Sole, Carolina, Patty Olea, Ana María, y otras tantas. Muchas continúan su labor en organizaciones que estuvieron en la lucha para lograr la democracia en nuestro país”, cuenta Guacolda. 

Por otro lado, también destaca la deuda pendiente del Estado con las mujeres que sufrieron distintos tipos de violencia y torturas en ese período. Para ella es fundamental que se continúe alzando la voz en todas las regiones para enfrentar la impunidad que aún existe. “Es una gran deuda que se ha dejado como silenciada. Hubo varias compañeras que se fueron al exilio, otras no pudieron salir de acá y vivieron torturas. Sabemos que no se va a sanar completamente, pero el Estado tiene que ser responsable de lo que ocurrió, de subsanar.”

Feminismo: luchas actuales

Guacolda está sentada en la oficina que tiene en la Municipalidad de Curepto, a su alrededor se puede ver que está decorado con diferentes consignas alusivas al movimiento feminista. Una de ellas es una pizarra, donde cuelga uno de los carteles de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres: “Machismo en lo virtual, es violencia igual”.

Una práctica habitual es la de cambiar el mural todas las semanas para que cada vez que las mujeres visiten su oficina, se vayan con un mensaje distinto que les pueda ser de ayuda en algún momento. “Ellas solitas van mirando lo que tengo aquí. Entonces, vamos conversando y más de alguna me hace preguntas: ¿Por qué tengo tal cosa? ¿Qué significa tal eslogan?

Esos momentos de conversación son los que aprovecha para informar sobre el trabajo de la Red en diferentes regiones y para abordar temas de relevancia pública. En ese sentido, hay varios asuntos actuales que le preocupan.

Uno es la participación política y la falta de mujeres en el Congreso. Guacolda apunta al machismo como una de las principales causas por las que las mujeres no llegan a cargos de poder. Es importante todo lo que esté relacionado a las capacitaciones de mujeres, ayudar para que ellas se atrevan a llegar a cargos de poder tanto locales como hasta en el parlamento”.

Guacolda hace énfasis en que a veces se cree que los hombres son más aptos para ciertos cargos, sin embargo en muchas ocasiones estos carecen de una perspectiva que incluya a las mujeres. “Le hago mención a las mujeres en los talleres: “ojo, vienen elecciones, tengamos cuidado, ¿a quiénes le vamos a dar el voto?”. Lo ideal es reunir a los candidatos y preguntarles: ¿qué programa lleva usted enfocado en nosotras como mujeres?”

Tras su reflexión respecto a los desafíos en torno a la participación política de las mujeres, Guacolda dirige su atención hacia otro tema crucial: la próxima implementación de la Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres. El proyecto ya ha sido aprobado, aunque todavía falta su promulgación tras su paso por el Tribunal Constitucional.

Para ella esta iniciativa representa un avance significativo, aunque resalta la importancia de que dicha ley aborde todas las manifestaciones de violencia que enfrentan las mujeres. “Esta ley integral que garantiza prevenir la violencia contra las mujeres, es un paso grande que se ha dado, no es menor y espero que sea específica hacia la violencia en todas sus manifestaciones”

Aunque su lectura sobre esta nueva ley ha sido detenida y consciente, Guacolda mira con interés su implementación en el futuro. “Siempre las leyes se van modificando, según las necesidades que van apareciendo. Tomando en cuenta los siete años que estuvo guardada en un cajón, y que durante ese tiempo no se logró ningún avance, es significativo para todas. Así que es importante analizar eso también como integrantes de la articulación que tenemos a nivel país”

Finalmente, la reflexión también se centra sobre la autodefensa de las mujeres ante los últimos femicidios, los cuales ya van en veintitrés este año. Si bien reconoce que la autodefensa puede ser vista como una estrategia para enfrentar a los agresores, señala que no termina siendo una solución al problema estructural hacia la violencia que sufren las mujeres, la cual se ve potenciada por el desempeño del Poder Judicial. 

“Me ha impactado mucho el aumento de femicidios, existiendo la posibilidad de medidas cautelares. Creo que hay una falla muy grande de parte de la legislación, de la justicia, donde muchas veces los tribunales no creen en la palabra de la mujer.” En ese sentido, Guacolda deja en claro su mensaje: el camino hacia la erradicación de la violencia hacia las mujeres y niñas requiere de un compromiso sistémico y colectivo en el Chile actual.